El Economista / Rosario Avilés / 27 de diciembre de 2021 Miles de vuelos cancelados en diversas regiones del mundo evidencian que aún no estamos listos para dejar atrás las vicisitudes del virus, a pesar de las vacunas y del anuncio de que la pastilla que combate los efectos adversos está a punto de salir al mercado. En el camino hay varias lecciones que aprender. Una es que la crisis que obligó en un principio a poner en tierra casi la totalidad de la flota mundial y después poco a poco a reintegrar los aviones y recontratar tripulantes, dejó sin suficiente personal a las empresas aéreas para la temporada alta de invierno, lo que implicó que sin mucho personal y en medio de la cuarta…
Pese a que se esperaba que la cuarta ola de Covid-19, la ómicron, tuvieran efectos menos adversos en el transporte aéreo, las cosas se han presentado de tal forma que la industria ya no ve lo duro sino lo tupido.
